NO es la noticia del camión atascado debajo del puente Villarán, en el cruce de las avenidas Arequipa y Javier Prado lo que nos ocupará aquí. Ni la congestión que generó de sur a norte, en la antigua avenida Leguía, que terminó con el chofer en la comisaría.

Sino algo más surrealista que se le debe haber ocurrido a más de un obsesionado u obsesionada con la condición supuestamente destructiva de Susana Villarán, y su increíble ubicuidad para estar presente allí donde está ocurriendo algo malo en la gran Lima.

Y es que en estos últimos meses se ha vuelto un lugar común atribuirle a la Alcaldesa de Lima  la causa de todos nuestros males. Villarán fue culpable del deterioro del edificio "Las Gaviotas" en la Herradura, de la caída del túnel a Lurigancho, del desborde del río Rímac y la caída de los muros de la incipiente obra que conectará la zona este con el Callao, de los muertos y heridos en La Parada, de los cientos de sufridos pasajeros abandonados por Orión y expuestos al abuso de la línea azul; del fracaso del mercado mayorista, de la inseguridad ciudadana, y culpable que hubiera revocatoria y se tuviese que gastar tanto dinero para sacarla (culpable además de no irse cuando debiera).

Para los más obsesos aún, Susana es culpable del supuesto incremento de homosexuales y prostitutas en Lima, de la captura del municipio por comunistas y caviares, de la proliferación de feministas y feminicidas, del crecimiento del terrorismo, de los amantes de los senderistas, y de la proliferación de ociosos en la institución edil.

A lo que hay que añadir que no ha hecho obra alguna, e inclusive ha paralizado las que se encontraban en curso y destruido las ya realizadas

En suma, Susana Villarán es, para los conjurados contra la "terruca de mierda, ociosa y mentirosa", la persona más corrupta del Perú. Por eso es que todo lo malo que pasa en Lima es culpa de Villarán, y si algo bueno ocurre es porque lo dejó Castañeda antes, es la obra de otra persona, o por último es producto del azar. 

Siendo así, hoy ha sumado otro atentado contra la ciudad, pues a través de un supuesto antepasado suyo, ha impedido que un honrado transportista pueda realizar su trabajo, atascando su camión; y por su culpa este transportista ha congestionado el tránsito vehicular, e incluso, ha permitido que se dañe la infraestructura del puente que lleva ese nombre "afrentoso" que hay que borrar, y es muy probable que Castañeda lo haga en su próxima gestión, reclamando para sí un espacio que no debe mantenerse manchado por quien se ha convertido en el amuleto de mala suerte de la ciudad.

Culpa de Villarán, se sumará así a las frases: "el pueblo lo hizo", "es una raza distinta", "roba pero hace obra", "la plata llega sola", "Mi cholo es sano y sagrado"  y "¡Soy inocente!"

Ahora esperamos que el 01 de enero nazca el "culpa de Castañeda", que es muy probable que con los nexos que tiene en los medios termine en un "Castañeda lo hizo", y el consabido "pero robando" se repita tan bajito que termine refugiándose en el silencio, como ocurre con casi todos los limeños que gustan de esconder muy bien sus pecados y llamar criollada a la infracción y pendejada al delito.